***La princesita y el mago***

Había una vez una princesa pequeñita, pequeñita de la cual se esperaba demasiado, tenía un destino más grande del que ella podía cargar.

Era tan chiquita para su edad, que sus padres empezaron a preocuparse, sabían que el reino dependía de ella y nadie la tomaría en serio si su apariencia era la de una niña.

En ese planeta la soberanía era de las mujeres, se les conocía  por su sabiduría y su inteligencia nata. La princesa no era la excepción, era extremadamente lista para su edad y tenía muchas tareas y obligaciones que cumplir como futura soberana. Gobernar un reino no es una cosa fácil y menos cuando se es pequeño.

Pasaba el tiempo y la princesa no crecía y no crecía, ella sentía un peso muy grande sobre sus hombros,  sentía como si todo el planeta estuviera encima de ella, cosa que, en cierto modo era así. Temía fallarles a todos.
Pero sobre todo temía fallarse a sí misma.

Era una persona orgullosa y no le gustaba que la miraran hacia abajo, pues su inteligencia era superior a las niñas de su edad. Era tal el orgullo que guardaba, que hacía que elevaran su silla por los aires hasta que ni una sola persona pudiera mirarla hacia abajo.

Sus padres la miraban con compasión, ellos le habían enseñado que el orgullo traía consecuencias y que solo era una carga y un estorbo. Pero ella tenía ese complejo, se amaba  por su belleza y por su inteligencia, pero su estatura la hacia ver como una niña insignificante.

Sus padres desesperados llamaron a un mago de otra dimensión, querían que su hija entrara en razón.

El mago era legendario en muchas dimensiones, su sabiduría rebasaba los límites de la razón, pero extrañamente se le veía muy joven, cara de niño y un cuerpo no más alto que el de la princesa.

Cuando se poso ante la princesa ella se sintió complacida, pues era de las primeras personas que miraba hacia abajo.

Ella como de costumbre dio a entender lo inteligente que era y lo hermosa que se sentía.
El mago ni se inmuto, parecía distraído con la belleza superflua de una flor y del cantar de los pájaros.

La princesita al ver que el mago siendo tan pequeño la ignoraba, desato su furia, y lo reto a un duelo de inteligencia. Quería demostrarles a todos que no había persona más inteligente que ella y que no importaba su estatura, pues ella era digna de gobernar como los adultos y probablemente mejor.

Pero fue perdiendo en cada juego que le imponía al mago. Pero el mago era astuto, y todas las pruebas que ella le puso demostraron su superioridad ante ella. Pronto se canso de perder, la humillación era tal que no la podía soportar, se puso a llorar y dejo que sus tristezas y presiones salieran sin miramientos.

Y conforme iba llorando, iba creciendo.

El mago le mostró un espejo a la princesa, se veía bastante alta reflejada en ese espejo.

La princesa le dijo: “No quiero tu magia mago, ni tu  lastima, se que usas magia para hacerme sentir grande.”

“Nada de eso, contesto él, no tiene magia este espejo, es un espejo común y corriente. La humillación ha drenado tu ego y las lágrimas han purificado tu alma, está bien dejar de cargar con el orgullo y sucumbir a la humildad de vez en cuando. No tienes por qué ser ejemplo del reino demostrando tu valía, tienes que dejar a un lado tu amor por ti misma y empezar a pensar en los demás. Eso hace que el peso que cargabas se disperse en los demás, posas tu carga en tu pueblo que te apoya, en tus padres y en todas aquellas personas que sienten afecto por ti”

La princesa comprendió, que se guardaba todo para ella, y después de eso cada que podía iba alguna fiesta del pueblo y contaba chistes sobre sí misma para liberar un poco de su ego. Así todo el reino empezó a amarla y depositar en ella su fe. Se convirtió en una de las soberanas mas amadas de todos los tiempos.

Una respuesta to “***La princesita y el mago***”

  1. me ha gustado el cuento, precioso, bueno y en general, me encanta tu blog, un saludo. Alidra

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