***Agonía nocturnA***

 

 

Primer acto:

 

Aun en mi forma humana me enloquece el olor de tu sangre, y es que el solo pensar en beber el elixir de tu piel hace que me eleve la temperatura y un escalofrió recorra todo mi ser, pero contengo mis deseos pues también te amo.

 

Al anochecer observo las estrellas, la oscuridad que es tan mía y la luz de luna que empalaga mi alma. Sentado junto al ventanal observo la silueta de tu cuerpo perfecto desvistiéndose lentamente, como si quisieras seducirme, y mi vampiro interno asoma sus colmillos con deseos de morder cada parte de tu cuerpo, tú asomas tu rostro y con una lágrima apagas mi alma.

 

Quisiera morder tu alma y con ello convertirte en lo que soy, pero no podría amarrarte a este tormento, si tan solo supieras el suplicio diario que tengo que soportar al no poder beber tu sangre, el suplicio de necesitar de tu presencia y al mismo tiempo necesitar de tu sangre para vivir.

 

 

Segundo acto:

 

Todas las noches escucho la melodía que susurra en la distancia donde te encuentras tu, sentado en aquel ventanal con una copa de vino en tu mano, aun sabiendo que probablemente es sangre de alguna pobre damisela que ha sido tu víctima, aun sabiendo esto quisiera acompañar tu velada.

 

Pero deseo ser tu víctima, que tomes de mí y bebas la sangre que hierve de amor por ti. Estoy aquí tras esta vieja cortina y desvisto mi alma poniéndola ante ti, aun sabiendo que tus deseos de sangre son más fuertes que tu amor por mí.

 

Si tan solo tu sangre fuera pura y me convirtieras en esclava de lo noche, para con ello poder amarte con locura aun sabiendo del suplicio nocturno.

 

 

Tercer acto:

 

Oh querida mía no soporto mas esta tortura, he vendió a hacerte mía aunque con ello traiga mi perdición, te convertiré en lo que soy pues si estoy un segundo más sin ti tendría que enterrar una estaca en mi corazón.

 

Oh querido mío hazme tuya y conviérteme en tu amor eterno, para que así cada noche tu sed de sangre sea saciada con la mía y así mi sed de sangre sea calmada con la tuya.

 

Y así, con un suspiro clave mis colmillos en su delicado cuello y su sangre derramo dulzura, derramo amor,  con esto su sangre se combino con la mía para al fin terminar con esta agonía nocturna.